Tras pasar unas semanas desde mi última publicación y tras trabajar en la
búsqueda de mi progreso, mis sensaciones y evoluciones, siento la necesidad de
compartir con vosotros todos mis avances, que aunque son pequeños, me han
llevado a sentirme mejor conmigo misma.
Para ello, he de comenzar diciendo qué son la coordinación y la estabilización,
pues han sido los grandes hándicaps durante estas semanas. Mediante el
aprendizaje de la coordinación y la estabilización, voy siendo más consciente
de cada uno de los pasos que he de ejecutar ante una situación, para que está sea realizada correctamente o con mayor resolución de como los llevaba a cabo
anteriormente.
La coordinación consiste en la acción de "conectar
medios, esfuerzos, etc., para una acción común", y en la capacidad o
habilidad de moverse, manejar objetos, desplazarse, etc. Mientras que la estabilidad, según
la ciencia, es una situación firme que ha de mantenerse en un
estado estacionario (por ejemplo al mantener activo el control del tronco
con cada uno de los miembros musculares involucrados en esta función mientras
extiendo mi brazo izquierdo para teclear el ordenador), donde una modificación
razonablemente pequeña (estirar mi brazo izquierdo y mover mis dedos para
teclear), hace que las condiciones iniciales (la estabilidad de tronco junto a
pectorales) no altere significativamente el futuro de la situación.
Todo ello es un proceso complejo que poco a poco, y mediante la constancia
del ejercicio, se va integrando en cada uno de los pasos que voy llevando a
cabo. Son acciones que a través de movimientos articulares y la conciencia de
ellos, se sintetizan en un adiestramiento muscular claro y preciso para una
mejor ejecución.
Hacer una fusión de coordinación y estabilidad muscular en la ejecución
para desenredar mi pelo, es algo que desde los 15 años no he podido ejecutar
debido a mi estado de salud, pero gracias a la constancia y dedicación de mi
rehabilitación he podido avanzar, y puedo decir a día de hoy, que esa pequeña autonomía
para unos, pero grande para mí, es una meta superada. La chica que hace un mes
dependía de que le desmarañaran su melena, hoy puede realizarlo por sí sola.
Aquella joven que también dependía de que le pusieran el pijama, la
sudadera, la rebeca... ahora puede hacerlo. Ello me lleva a experimentar una
sensación de libertad y satisfacción al ver que un esfuerzo sale recompensado
con un paso más hacia esa autonomía soñada.
He de parar el tiempo hasta a hora para evaluar mi estancia desde que llegué
a esta tierra gallega siendo realista con mi progreso. Para ello, debo argumentar, que a pesar de llevar poco tiempo en este proyecto de mi vida, mi
ser ha sufrido cambios tanto físicos como emocionales que me hacen valorar aún más
la vida que tengo y aquello que me depara el destino.
Asumir que mís miedos a la caída son simplemente barreras al progreso de mí
evolución, es un estado emocional que voy día a día superando junto con la
exposición diaria a la que me someto
gracias a esta vivencia. Ahora sé, que puedo desenredar mi pelo, quitarme una
camiseta, una chaqueta, mantenerme sentada en el filo de una cama con el mínimo
apoyo, recoger de mis reposapiés el bolígrafo que se me cae, llevar a cabo
funciones como comer, escribir o cualquier otra actividad diaria con la
conciencia de mantener más conectividad y mejor posición de mi tronco para así
liberar tensión en mis brazos y cuello, aunque sea en pequeños periodos de mi
día a día, para realizar mejor la ejecución de mis brazos y manos. Con esto, mí
sistema rehace nuevos hábitos que mejoran mi autonomía y eficacia, llevándome a
un estado emocional que pasa desde la frustración del principio al realizar el
ejercicio donde no percibes una buena ejecución, a la plena sensación de una
gran inspiración de oxigeno que mi alma toma de la vida, haciendo que mi
corazón baile con la alegría y que mi mente exalte con motivación a seguir el
movimiento consumado que me proyecta a una acción.
Debo de argumentar, que todo ello se va sellando gracias a la constancia,
esfuerzo y dedicación que cada día mis terapeutas y yo con ahínco ponemos en el
paso a mi progreso. Ello es lo que hace que evolucione y mejore mi estado.
Por último, debo decir, que la distancia que existe entre mi lugar de
residencia y la tierra que me vió nacer, hace que mi alma eche de menos a
mis raíces, a mis amigos y a mi familia, pero al mismo tiempo, me hace crecer
evaluando y superando la adversidad de lo inesperado en esta vida, haciendo que en este momento la mejora de mi salud sea la verdadera
protagonista de mi vida y el motor de mi estancia, y esa reflexión se la debo a
todos ustedes que hacen posible que viva todo esto. Ojalá pudiésemos tener todo
lo que queremos y ojalá pudieseis ver en primera persona todo aquello que os
cuento.
Desde Santiago de Compostela, os deseo que tengáis una navidad llena de
buenos momentos, y que la magia de esta
fechas resuene en vuestro interior, tanto como el deseo que tengo de volver a
casa por navidad y reencontrarme con los míos y mi gente, para que de esta
forma, pueda volver a compartir nuevos momento.
Feliz Navidad.
En lo sencillo esta la elegancia de saber vivir.
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