Tras pasar mis vacaciones de navidad en mi ciudad natal, rodeada de amigos, familiares y conocidos, he vuelto a Galicia para continuar con mi desafío, llena de fuerza e ilusión.
En estas primeras semanas, tras el comienzo de este año, he podido evaluar el progreso de lo aprendido hasta ahora, de mi evolución, y he de decir que los resultados han sido favorables, obteniendo como recompensa el simple hecho de ser hoy yo quien controla los movimientos de una acción, como puede ser un alcance hacia algún objeto situado fuera de la línea media de mi estabilidad del tronco, ser más responsable de mantener una alineación adecuada en la ejecución de acciones, el obtener más sensibilidad y percepción de movimientos en mis brazos y piernas... dando así un paso hacia el progreso y hacia la gran lucha de mí vida quitando los miedos del abismo y recogiendo la satisfacción por un trabajo bien organizado y realizado.
Con esta gran aventura y desde mi barquito, me estoy abriendo a un periodo de contacto, en el que me voy dando cuenta, que he de tener confianza en mí misma para llegar a conseguir aquello por lo que día a día voy luchando, pues ello es lo que me hace y me hará enfrentarme a cualquier impedimento, tanto objetivo como subjetivo, que pueda surgir en mi camino, disolviéndolo sorbo a sorbo y aprendiendo sobre ello. Aprendo que la poca convicción no lleva a una evolución y que la imaginación y la ganas traen consigo un día de inspiración.
Por ello, tras mi regreso, he de decir que mi alma ríe por estar de nuevo en la ciudad que poco a poco me va dando la oportunidad de progresar y de volver a renacer con un nuevo amanecer cada mañana, lleno de color sabor y amor.
He aquí, mis emociones al viento en plena batalla, entre la lucha de la esperanza y la constancia. He aquí mi creencia de que todo sacrificio tiene su recompensa y que toda recompensa tiene su aprendizaje.
Que no es fácil mirarse a los ojos para poder andar los pasos que me hacen entrelazar mi deseo y mi realidad, pero me hace sentirme capaz de seguir y evolucionar hacia la obtención de una mejora personal, que me hace experimentar que soy capaz de manejar la coordinación de mis movimientos y mi emoción.
Dichosas semanas, que me permiten aflorar en mí el deseo de seguir con mi lucha. Gracias a aquellos que siguen apoyando esta causa, a aquellos que participan en la evolución de mi proyecto personal, pues nuca he de olvidar que si vivo esto es gracias a la humanidad y la sensibilidad que todos ustedes me vais aportando. Gracias por regalarme el camino hacia la evolución. Gracias por dejarme sentir el calor del esfuerzo y la satisfacción.
Pero permitidme también agradecer a aquellos que día a día viven mis pequeños pasos, a aquellos que sacan de mis adentros el ave Fénix que llevo dentro, a aquellos otros que hacen que emprenda de nuevo un vuelo, mis terapeutas, mi familia y mis amigos.
Y una vez detenido el tiempo en esta reflexión sobre mí evolución, he de decir que aún queda camino por vivir para alcanzar futuras metas que me hagan sentir mariposas en mi corazón. Que quedan muchos huellas por marcar en la arena de mi playa. Que aún quedan en mi semillas por brotar. Por ello, he de seguir con mis terapias (fisioterapia, terapia ocupacional y fisioterapia suelo pélvico) más una más (Gimnasio 3 hora semanales) para llegar a valorar más la belleza de la superación.
Sheila J. G.
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