martes, 18 de mayo de 2021

Más allá de mí...

Mi cuerpo se desnuda antes la Ganesha, el dios hindú con cabeza de elefante y cuerpo humano con capacidad de liberar el camino de obstáculos.

Mi piel como lienzo ante la transformación personar, se refleja a través de la mirada, la escucha y la capacidad adaptativa de los ojos, oreja y trompa de un elefante, dando paso a vencer a esos obstáculos.

Al igual que Ganesha tomó en mis manos o hago de mis miedo utensilios o seres, que lleven a mi cuerpo engullir y digerir los sufrimientos del mundo a fin de protegerme y hacer posible una vida de paz.

Tomo de este ser, sus cuatro brazos y con ellos abrazo mi alma a través de los elementos de la naturaleza sobre los que tiene potestad para aceptar el sacrificio y escribir mi nueva historia usando mis propios dedos como pluma, como Ganesha hizo con su colmillo.

Con todo ello, me aposento ante la sabiduría, inteligencia y prudencia de Ganesha, y así, a través de la transformación y el rendimiento del crecimiento personal creado a través del arte, la símbologia, la letras y la ciencias, voy formando nuevos comienzos.

Así que, utilizo el símbolo para representar la evolución del cuerpo a través del tiempo, para crear un futuro con la vivencia en un presente.

Gracia @pablocano.art de @benditovenenotattoo por reflejar toda esta sensaciones en el lienzo de mi espalda. Y a Anastasia por presentarme esta historia de la mitología Hindú.

#live #amor #psicología #superacionpersonal 🍻 #mindfulness #mitologia

                                                                                                                                       Sheila J. J.


 

viernes, 18 de septiembre de 2020

Sin ti no soy nadie, pero contigo lo soy todo.

Desnuda ante ti mi fiel compañera, una vez más, en la penumbra de la noche, cuando las paredes hablan y muestro cuerpo se aposenta en una humilde y confortable cama, tú con tu presencia haces que mi mente ilumine el verdadero ser de mi alma.

A ti, mi fiel confidente, te escribo como cada aniversario para decirte… Que, en tu pura esencia, llena de muchas dependencias, eres para mí el ser más celestial, porque aunque hayan pasado veinte años juntas, aún me enseñas que se puede cambiar el rumbo, a pesar de que se esté navegando en un humilde barco de papel a la deriva de un inmenso mar.

Como no decirte, a ti, mi ilustre maestra, que te debo el aprendizaje más duro y limpio que la vida nos da. Pues es un placer descubrir junto a ti, que no hay excusas ni impedimento a volar si tu alma se siente libre en cualquier lugar.

A ti, mi guerrera, te doy las gracias por existir, pues sé que, sin ti, mis miedos no serán pequeños, mis fortalezas no serían grandes y mis metas realizadas entre los susurros de tu esperanza, no harían realidad mis sueños.

Así que, aunque no entienda cómo fue, o cómo llegué hasta esta situación de unión entre las dos. Sé que camine a tu lado besando tus defectos y queriendo verte tal y como eres sin censuras. Es extraña la manera de sentirte, pero a la vez es bella, pues juntas desatamos a nuestra alma para que despliegue sus alas.

Por ello, solo quiero envolverme contigo en cada destino de nuestra larga vida, para así seguir desvelando todas esas dudas que nos quedan. Porque, no sé si fue el destino, o fuistes tú, quien me hizo querer seguir abrazándote mientras la lluvia caiga en nuestro tejado o nos veamos despojando las flores de la primavera. Porque sin ti solo sé que no se nada. Porque contigo sé que soy valiente, capaz de afrontar las mareas más bravas.

Sheila J. J.

 


 

martes, 18 de septiembre de 2018

No eres perfecta pero te escribo...


Hoy, 18 de septiembre, un día marcado en mi calendario por una vivencia del pasado y una realidad del presente, me hace escribir unas palabras a aquella que me acompaña día a día.

A ti mi compañera te digo...

Que hoy miré dentro de mí y ví que algo ha cambiado ya. Ví que no camino con rencor en mi piel y ni te juzgo por estar.

Que hoy pude observar desde la distancia como me hiciste llorar, como bebí del jugo de tu crueldad. E incluso, como me dejé llevar en ocasiones por la riada de melancolía que tu presencia marco.
Que tengo presente que gracias a tí sé ver y aceptar que hoy es hoy, que el ayer es pasado y que el futuro es un sueño que se empieza a construir en el presente.

Hoy te puedo decir, que miré dentro de mí y ví que aprender a vivir es saber descubrirse a sí mismo tras actuar en el dolor de las heridas hirientes que cambian nuestra visión dejando paso a nuestra propia superación.

Hoy puedo decir que gracias a ti, me entregué a la vida para sentir y vivir. Que al verte así, sin disfraz ni ataduras, se abren en mi vida lindos ventanales donde el sol traspasa recorriendo cada trozo de mi piel, haciendo que dentro de mí salten chispas de emoción evacuando mis miedos y dejando paso a toda la ilusión que tengo dentro.

Resultado de imagen de acuarela dibujo manosHoy puedo susurrarte, que juntas insistimos, resistimos y no desistimos en calentarnos el alma con nuestras manos cuando ésta siente dolor y frio. Porque ambas, como una sola, nos aferramos a vivir dejando una huella limpia en el sendero de la vida.

Hoy te narro sin que mi voz se quiebre, que comprendí junto a ti que la vida es difícil si tú quieres verla así, porque una vez que la comprendemos y la aceptemos realmente dejamos de tener dificultades y solo tenemos vivencias. 

Hoy  gracias a tí puedo decir, que soy una humilde soldada con ropaje viejo lleno de sabiduría, junto con un diario repleto de batallas liberadas y una pluma por arma.

Y por último, solo por ser hoy día en el que cumples tu mayoría de edad junto a mí, te digo mujer de mis mil batallas, brindo por que hayas sido tú quien  me ha convertirte en el ave fénix que deja atrás el manto de ceniza del pasado.

Felicidades por hacerme renacer.

Sheila J. J.



lunes, 2 de octubre de 2017

El apego y el duelo. Un tabú de la soiedad actual

El ser humano es extremadamente social, viene al mundo predispuesto a formar vínculos, a amar, a comprometerse, a disfrutar con éstos y a arriesgarse al sufrimiento de perderlos. Sus relaciones son al mismo tiempo su gran fuerza y su gran debilidad. La felicidad y el bienestar producidos por las emociones son equivalentes al dolor y el sufrimiento producidos por su falta. 
La pérdida, ante cualquier situación, es una de las experiencias dolorosa que el ser humano sufre. Y no sólo es dolorosa de experimentar en propia persona, si no es doloroso también para aquel ser testigo de ésta, especialmente porque nos sentimos impotentes para  ayudar.

Teléfono: 958400065

miércoles, 30 de agosto de 2017

El ayer, el hoy y el mañana

Han pasado tantas cosas a lo largo de mi vida hasta ahora, que mi cabeza se abruma cuando recuerda historias pasadas. Han sido tantas veces las que he acechado al cielo alzando mi alma silenciada con un gran grito desesperado que más de una vez mi ser se adormeció en la nana de un llanto.

Han sido muchas y no tan pocas las vivencias que se han quedado marcadas como bellos momentos que han mitigado el vibrar de mi alma.

Han sido muchos los muros que mis manos han quebrado para conseguir ser yo, que mi cuerpo se estremece al revivirlo.

Han sido más de una vez los que mis ojos han entonado cánticos de lloro por algo que se alejó, que no aprendí a perder y que extrañé.

He sido luz, noche y niebla. He sido viento, agua y fuego. He sido gusano, mariposa, rosa y espina. He sido todo. He sido nada.

Hoy soy lo que ayer no era y mañana seré lo que hoy no fui.



Hoy no pido mucho, pues creo ya haber pedido todo. Un corazón sincero, un amor verdadero, un saludo que diga te quiero, un camino donde mi alma sea abrazada, un soplo en el viento que me llene de paz, una sonrisa llena de ilusión, un sinfín de emociones que me llenen de alegría y una vida plena donde respire amor y libertad.    

Hoy sé disfrutar de los pequeños detalles que la vida me da mientras que un dulce sueño me muestra la nobleza de un beso y la escucha de mis latidos tras la espera de lo que creo ya a ver pedido.

 
Por ello, ayer, hoy y mañana seré las agujas de una brújula que marca los pasos de un viaje aún sin destino final.